75 años de la visita del Padre Kentenich a Washington, DC

Motivado por un sentido de responsabilidad por la misión de la Madre Tres Veces Admirable y Reina de Schoenstatt, de renovar el mundo desde su Santuario con el mensaje de Schoenstatt, el Padre José Kentenich se lanzó a recorrer EEUU entre el 5 de junio y el 6 de septiembre de 1948. Desde el 1947, el Padre Kentenich había comenzado a “tirar del carruaje de victoria de nuestra Madre y Reina,” como respuesta a su fidelidad probada durante los años de la segunda guerra mundial.

 

Traer Schoenstatt a EEUU fue algo que llamó la atención del Padre Kentenich porque era cónsono con la misión de penetrar el mundo en su necesidad de Dios y a la vez de dar una respuesta relevante desde la vivencia cristiana. Despues de todo, EEUU fue una de las pocas naciones que supo hacerle frente al comunismo ateo.

 

Entre otros lugares, el Padre Kentenich fijó su mirada en Washington DC. ¿Por qué? Dicho en sus propias palabras:

“En Alemania, las ideologías del Este y el Oeste, del colectivismo y la democracia, están en plena batalla por supremacía… Un conocimiento acertado solamente se puede obtener de primera mano. De forma particular pude darme cuenta de esto cuando me detuve frente la Casa Blanca en Washington [DC] mientras contemplaba el Capitolio… Allí me caló de momento: ‘Washington y Moscú junto a Roma son en el presente los centros del mundo. Representan los dos poderes políticos que luchan por supremacía mundial. Y entre ambos encontramos a Schoenstatt como parte de la Iglesia universal con una misión específica para nuestro tiempo…”  Amerika Bericht, 1948.

Washington era también uno de los centros principales de la vida comunitaria para los sacerdotes palotinos en EEUU. Era el lugar donde la provincia del “Midwest” tenía su casa de estudios para los seminaristas que estudiaban en la Universidad Católica de América (CUA)—lo que en el presente es el correo postal en 3401 12th St NE. Unos 10 seminaristas radicaban allí en aquel en 1948. El Padre José Haas era el rector de la casa. Apreciaba mucho al Padre Kentenich por el vínculo desarrollado con él desde el tiempo de sus estudios en Schoenstatt, Vallendar, Alemania. Activo en Schoenstatt desde sus inicios desde la década de los 20, el Padre Haas llegó a EEUU en 1936 por invitación de otros palotinos interesados en reclutar más compañeros para su trabajo en el Nuevo Mundo.

El Padre Haas junto a otros dos palotinos habían visitado Milwaukee para un retiro que facilitó el Padre Kentenich. Muy seguramente el Padre Kentenich los acompañó en auto en su viaje de regreso a la costa este. Fue el Padre Haas quien tuvo la alegría de mostrarle al Padre Kentenich algunos lugares en la costa este, al igual que darlo a conocer entre profesores y otros miembros del clero. Visitaron otras casas de los palotinos en el área.El Padre Kentenich también visitó al profesor Rudolf Allers, filósofo, psicólogo, y psiquiatra, con quien el Padre debió haber intercambiado ideas e impresiones con gran interés. El Dr. Allers fue estudiante de Alfred Adler e impulsó el estudio de psicología individual, reconciliando principios tomistas con la ciencia del comportamiento humano. Suponemos que el Padre Kentenich lo visitó en la Universidad Católica cerca de la Basílica, del Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción o en su residencia. Sin tener evidencia directa, los datos sugieren que el Padre Kentenich debió haberse detenido en Jessup, Maryland, en su camino a Nueva York. Debe haber sido entre el 5-9 de julio, al final de su estadía en Washington DC. Parecería natural detenerse allí pues era la casa de noviciado, dondel el Padre Wilwers, de los jóvenes congregantes de Schoenstatt, era el maestro de novicios.

Esta visita breve de mucho significado es ocasión para nosotros despertar las fuerzas de nuestro corazón y preguntarnos:¿Cuál es el centro de nuestra vivencia de Schoenstatt en esta ciudad donde todos vienen buscando supremacía en su campo laboral o social? ¿Qué nos pide la Mater hoy para que por nosotros, Schoenstatt cumpla su cometido y la Iglesia impacte el mundo con su presencia y mensaje?

Según el Padre Kentenich contempló la realidad de las fuerzas que rigen el mundo, ¿somos capaces de reconocer las fuerzas que rigen este mundo de hoy? ¿Somos capaces de aliarnos con la fuerza de Dios que nos exige sacrificios nuevos en tiempos nuevos, que nos exige reconciliar nuestros principios cristianos con las realidades que vivimos en nuestras familias y lugares de trabajo?

¡Celebremos esta visita del Padre Kentenich a este suelo de Washington DC hace 75 años, apreciando el tesoro de sus huellas pero sobre todo el legado de sus enseñanzas y de su misión!

Texto: Hermana Isabel Bracero

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